jueves, 16 de junio de 2016

El poder, para qué 1/2

UNO
Todos los caminos conducen a Roma… y en la política boliviana Roma es la perpetuación en el poder de Evo Morales y su camarilla, una versión folclórica de la dictadura del proletariado.

Los estrategas e ideólogos del MAS pueden intentar un tono de epopeya en un asunto que es de simple vergüenza y pudor, si gustan. Pueden amenazar a Bolivia con montar un Vietnam en El Chapare, lo cierto es que en los diez años de gobierno Evo Morales no ha hecho demasiado por resolver los problemas de pobreza de los mineros relocalizados de 1985 -razón de ser del MAS- y ha convertido aquello en un experimento social de dudoso desenlace y más que dudosos fines. ¿El MAS erigido en narco poder? Están desesperados y no sería la primera vez que escapan hacia adelante.

A cuatro meses de realizado el referéndum para reformar la Constitución política del Estado, aquellos genios del MAS intentan un relanzamiento internacional de la desgastada imagen presidencial. Les guste reconocerlo o no, el Evo revolucionario salió chamuscado tras el caso CAMC y la figura presidencial se desdibuja entre sus bases cocaleras, lo mismo que entre sus aliados internacionales. Los indicios de tráfico de influencia y corrupción de la empresa sub contratista china CAMC y su joven gerente Gabriela Zapata (adinerada empresaria surgida de entre las juventudes del MAS que durante años hizo uso y abuso de oficinas del Estado gracias a su estatus de favorita del Sultán) pudo más que los argumentos razonados en torno a otros casos similares. Algo que no pudo hacer el escandaloso caso de corrupción del Fondo Indígena ni el programa Bolivia cambia, Evo cumple (diez veces más grande en presupuesto), ni el sobreprecio del satélite Túpac Katari, ni los 30 millones de dólares perdidos en las barcazas chinas, ni la represión en la marcha del TIPNIS, ni los permanentes señalamientos de narcotráfico desde dentro y fuera del Estado, entre los más serios de recordar.

Pueden traer a personalidades como el ex presidente uruguayo Pepe Mujica, internarlo en aquella máquina del tiempo que permanece estancada en algún momento del subdesarrollo entre 1985 y 2003 (el mayor logro que ha podido presumir Morales ha sido la expulsión de la DEA de la zona, además de un aeropuerto internacional en la zona que nadie inteligente piensa usar). Pueden  conducir a Pepe Mujica hasta el corazón mismo del Chapare, impresionarlo con la selva agreste y hacer que se conmueva con los rostros morenos de la pobreza. Pueden lograr que en su emoción Mujica evoque el nombre del Ché Guevara y que proclame a Evo Morales como el líder natural de los indígenas en América Latina, pero no podrán hacer que recoja sus palabras: quien aspira a perpetuarse en el poder tiene vocación de tirano.

Como amigo de Bolivia Pepe Mujica tiene derecho a equivocarse y pecar en su buena fe, pues no es su obligación estar enterado de los pormenores de la política local. Tampoco podemos culparlo por estimar en demasía este país tan falto de amigos. Además, el ex presidente y filósofo de vocación está interesado en descubrir el secreto del fuego: la estabilidad económica de un país que en el pasado fue ejemplo de lo que no se debe hacer. En rigor, esto fue cierto sólo hasta 1985, fecha en que fuera consagrado en los países de la región el neoliberalismo económico, algo posible gracias al Decreto Supremo 21060 y su política de shock anti inflacionaria (decreto presidencial que a pesar de la virulencia retórica, funciona a la perfección y es columna vertebral de nuestra economía desde aquella fecha, por cierto). Es nuestra obligación también hacerle saber que el narcotráfico tiene mucho que ver en este milagro. No en vano ha puesto nerviosos a prominentes miembros del MAS la política de extradición de los Estados Unidos, que más allá de la extraterritorialidad de las leyes, pone en evidencia que el tema es una cuestión de Estado para el gobierno de Evo Morales, a diferencia de otros países de la región con quienes se ha llegado a acuerdos sin mayores problema, como los creados por Pablo Escobar en Colombia. ¿Preferirá la cúpula del masismo una tumba en Bolivia que una cárcel en los Estados Unidos? Tampoco creo que la dignidad de los pueblos nativos americanos dependa de Evo Morales. Por el contrario, es el propio MAS quien de forma más o menos encubierta persigue a los indígenas para evitar nuevos liderazgos.

Hay que decirlo de una buena vez: el MAS desconfía de aquellos indígenas que no son parte del proceso. Porque -hay que decirlo también- hay dirigentes indígenas que no se han dejado someter por ninguna de las facciones políticas que conforman el MAS, han sobrevivido al margen del presupuesto general de la nación y no son parte de los besamanos, desarrollan su liderazgo al margen de la línea oficial de pensamiento y pueden hacerle sombra al Jefecito. La derecha boliviana ya no es quien persigue a los indígenas, por el contrario: intenta seducirlos o tomarles el pelo, porque sabe que de alguna manera se ha equivocado todos estos años y que en estos dos siglos de vida independiente ha procedido como una élite extranjera en su propio país.

(Quizá alguna extrema derecha crea todavía en aquella vieja idea totalitaria de matar al enemigo en el vientre de la madre, pero la verdad es que la derecha boliviana hoy no parece estar controlada por las ideas ultraístas de la pasada Guerra Fría. Aquellos grupos irregulares suelen ser marginales y una mala versión de los conservadurismos imperiales; merodean en el mundo de la política en busca de las migajas que les pueda deparar alguna aventura, pero los organismos de seguridad del Estado los tienen bien identificados e infiltrados, como lo demostró con el grupo de Eduardo Rozsa. Si vamos a creer en las últimas versiones, muchos de ellos se han pasado al bando del MAS y le son funcionales o trabajan para él en diversas tareas afines a su formación y naturaleza.)

En contra de la afirmación de Pepe Mujica y su idea implícita, es la cúpula del MAS la que se siente amenazada ante los líderes indígenas. Habría que respaldar y proteger, entonces, aquellos líderes que no se dejan corromper, que no han pensado en la manera de vender a su Madre Tierra y descreen del extractivismo económico como paso previo al Paraíso comunista.

Los ideólogos del MAS saben que el proyecto elitista de perpetuarse en torno a la figura de Evo Morales tambalea cuando hay voluntad de saber, cuando hay dirigentes íntegros, cuando hay dignidad y respeto por la cultura ajena, cuando se habla en la lengua nativa y se procede sin fingimientos y con respeto por los demás. Pepe Mujica tampoco convive con el idiota cultural que el MAS se ha inventado para gobernar (Felix Patzi dixit), o con aquel racista sin conciencia que en estos años ha aprendido a enriquecerse sin escrúpulos porque las prédicas de García Linera enseñan que el odio y la codicia son más efectivos y movilizadores que la conciencia social o que la simple solidaridad humana nacida de saberse en una misma nave, llámese esta Bolivia o Latinoamérica o planeta Tierra. 

El entorno presidencial hace ver a su jefe que un nuevo líder campesino o indígena pondría en peligro sus aspiraciones de perpetuidad en el gobierno. Es preferible no mencionar nombres, resulta peligroso y podría arruinar carreras políticas. Un líder indígena pondría en evidencia la ignorancia deliberada y fanfarrona de este régimen, que ha elevado a rango de virtud pública la mediocridad privada. El del MAS parece un régimen que aprendió con rapidez a disfrazar su autoritarismo bajo la retórica violenta y la lógica gangsteril. El MAS de estos días se me parece más a un mal boxeador que luego de ser noqueado (referéndum del 21 de febrero) intenta levantarse y finge pelear con su propia sombra, pero el árbitro ya dio su veredicto y el público quiere cambiar de tema. El país tiene temas más serios en qué ocuparse, sí, pero cómo se lo hacemos entender a alguien que tiene a su lado gente que a diario le repite que es un dios.

El control mayoritario de los medios le permite a este Gobierno insistir por diferentes medios en el mismo tema: la re re elección de Evo, a la postre su perpetuación en el poder bajo el esquema estalinista de Corea del Norte. Algo que debería llamar a escándalo por la burda contradicción de términos, pero no. El papel lo aguanta todo, la tv también. Este Gobierno hace uso de su público cautivo para secuestrar el debate nacional: después del referéndum, lo que correspondería hacer es la renovación interna y la democratización del MAS de cara a promover nuevos liderazgos capaces de presentarse en las próximas elecciones presidenciales. Pero esto es algo que ni siquiera se piensa dentro del MAS y el país debe prepararse para una crisis política que se sumaría a una crisis económica internacional (precios de commodities) y cargar con el peso de un partido corrupto e incapaz de renovarse por autoritario. El MAS viene abusando de manera descarada de un público cautivo que vive en un estadio de servidumbre análogo al de la esclavitud en la medida en que vive sistemáticamente desinformado y aislado del resto del país y sus debates; un público que no sabe si creer o reír cuando Evo anuncia la madre de todas las batallas para disimular la burla a la voluntad ciudadana, sus intenciones de desconocer el derecho a voto de los bolivianos, un derecho que no puede escamotearnos nadie sin ofendernos, no si nos consideramos bolivianos libres. Otro referéndum sobre el mismo tema desconocería el voto de los más de 51% de ciudadanos que votamos por el NO y es algo que la Ley electoral prohíbe. Alguien con mejor ojo para las analogías escolares y para el sarcasmo político ha dicho por ahí que en política no hay desquites para los estudiantes reprobados. Es cierto, Evo Morales procede con total impunidad y se parece a un estudiante malcriado de escuela privada que se comporta como le viene en ganas porque controla todo el Estado, porque supone que el profesor está obligado a concederles los puntos necesarios para aprobar pues sus padres -prepotentes y adinerados- no tienen por costumbre aceptar un NO por respuesta.

Por más grandes que sean los atropellos del evismo por convertir la política y el territorio nacional en un gran Chapare (conflictuar y convulsionar para no ceder a la voz de la razón), el proyecto del MAS fracasará como ha fracasado el socialismo del siglo XXI al exportar su modelo cocalero a otros países de la región. En su búsqueda desesperada de poder Evo ha optado por la venganza personal: el peor de todos los usos posibles que se le puede dar al poder (el legítimamente establecido, aquel que es delegado por el pueblo y por la ley).

Fue la periodista Amalia Pando (antigua integrante del proceso) quien previó la reacción pavloviana de Evo tras su derrota el 21 de febrero pasado. Conocedora de la personalidad disfuncional de Su Excelencia y sus reflejos condicionados, advirtió a quienes no lo conocen personalmente que la venganza sería la respuesta de Evo a los resultados del referendo. Y Evo empezó a hablar de enemigos internos y enemigos externos para desconocer los resultados de la votación. Del triunfalismo y la autosuficiencia Evo pasó a la paranoia de Estado, sin mayor explicación que su ira revanchista. ¿Respiraba por la herida?: sí. Aquellos que estuvimos en contra de sus planes de perpetuación en el poder –la izquierda no cooptada, dirigentes indígenas y campesinos honestos, organizaciones sociales independientes, la derecha democrática, la clase política oficial, las diferentes iglesias y corrientes religiosas serias, el oficialismo opositor, la sociedad civil en general- pasamos a convertirnos en enemigos de Evo Morales desde entonces.
Ante su propia derrota y corrupción, el MAS procede con la simple y vil venganza, como lo ha venido haciendo en otros terrenos. Amalia Pando no se equivocó demasiado en su advertencia porque de inmediato volvieron a ser desempolvados juicios añejos y averiguaciones que permanecían archivadas sin mayor porvenir, a la espera de una ocasión para ser empleadas como herramientasde extorsión política y silenciamiento.

En un acto de negación de lo que los hechos señalan (la corrupción propia), Evo volvió  a judicializar la política en franco abuso de autoridad y control del Sistema Judicial y la impartición de justicia. Con el control absoluto sobre el Poder Judicial y el Parlamento, en estos cuatro meses posteriores al referéndum hemos presenciado la farsa de una investigación y la absolución del MAS a su líder perpetuo. De manera adicional hemos padecido una telenovela de mal gusto: la desordenada vida sentimental del presidente y su costo para los fondos públicos. Hemos conocido a un sujeto inseguro y angustiado por su imagen y prestigio personal que cuando no mete en la cárcel a la ex novia para ocultar su vergüenza, ha sido un padre irresponsable que sólo ha asumido su papel tras largos años de demandas legales de mujeres burladas.

En todo este tiempo hemos conocido algo del ambiente cortesano en que se ha decidido la suerte de 36 mil millones de dólares del erario público, los nuevos poderes fácticos que gobiernan el país, la manera en que proceden las empresas aliadas de este gobierno, el modo en que los nuevos cortesanos trafican con información privilegiada, la desesperada defensa que los diputados del MAS hacen de los intereses extranjeros y la enorme influencia personal que supone ser La Ex del Jefe (Ver "El ex novio más despiadado de Bolivia" artículo publicado por el The New York Times del mes pasado que parece haber influido para el acuerdo de Gabriela Zapata y el Gobierno de estos días.) Quizá el momento de mayor honestidad del Gobierno y los funcionarios implicados en el escándalo CAMC haya sido aquel en que se calificó a la gerente de la empresa china y ex novia del presidente Evo Morales, Gabriela Zapata, como parte integrante de una “organización criminal” (Juan Ramón Quintana dixit). Momento de lucidez o de franqueza desesperada, esta acusación del Ministro de la Presidencia es el reconocimiento de la naturaleza de los hechos, de las decisiones que se toman en Palacio Quemado y sus alrededores. Sin embargo, su acusación deja más preguntas flotando en el aire en lugar de absolverlas...

Literalmente el MAS cohabita con una serie de pandillas u organizaciones delictivas que lo mismo pueden fumar al presidente de la República que traficar con personas, si no es que todo el MAS se ha convertido en otra organización delictiva más que llegó al poder y se hizo con el gobierno. Si la política siempre fue sucia, hoy lo es más que nunca en Bolivia. Pienso en quien fuera el segundo hombre del MAS en su momento, Santos Ramírez, condenado por prácticas gangsteriles y corrupción a consecuencia inmediata del clan familiar. Pienso también en el pasado delictivo de García Linera camino a convertirse en líder insurgente –el vicepresidente presume a diario de su pasado delictivo al margen de la ley, sin distinguir una dictadura de una democracia-. El control absoluto que García Linera goza sobre un Sistema Judicial perverso y pervertidor es un conocimiento difícil de lograr sin una familiaridad con el bajo mundo. En lo porvenir, quizá haya que buscar la naturaleza del poder del MAS en los años de prisión de García Linera y menos en la academia y los libros de teorías. Tal vez esto explique el por qué unos hablan de pauperización de la vida en democracia mientras otros celebran con su retórica la violencia y la zozobra social. De manera adicional, a los argumentos anteriores habría que sumar lo afirmado por Juan del Granado: el problema del Sistema Judicial es el propio MAS. La impartición de justicia en Bolivia es un problema de siglos y el MAS es parte del problema, no de la solución.

En estos cuatro meses post referéndum tampoco nos han ahorrado vergüenzas ajenas. El triste espectáculo de un gabinete ministerial en pleno haciéndola de tapandepe del presidente, a la vez que éste era infantilizado para después ser liberado de responsabilidades. Ha sido un espectáculo lamentable el de señores ministros ocupados en chismes de lavadero, dando tropiezos, cayendo en contradicciones a cada paso, siempre en busca de una salida honorable al asunto, salida que nunca encontraron porque nunca la hubo.

Lo peligroso es que el pueblo se va acostumbrando al cinismo y la falta de vergüenza de sus autoridades. En todo este tiempo ha imperado el cinismo y la falta de vergüenza junto con la injusticia y la arbitrariedad, amén de declaraciones disparatadas que son una permanente falta de respeto a la inteligencia ajena. Esto es algo que en algún momento se ha consumado como la característica del MAS y su populismo.

Sin embargo, para nuestro presidente con aspiraciones de monarca, de todo aquel berenjenal que ha sido su vida personal enredada con la administración del Estado, queda en claro que su derrota fue debida a un engaño. Ergo: el referéndum no vale y hay que repetirlo…


DOS
La cosa pasa de turbio a obscuro cada vez que el vicepresidente García Linera interviene en un asunto. Como suele suceder, sus intervenciones son para echar leña al fuego o lanzar terribles vaticinios astronómicos o lanzar groseras amenazas. Parece nuestro vicepresidente no distingue entre un linchamiento comunal y una cumbre por la reforma del Sistema Judicial en Bolivia. Es capaz de inaugurar un acontecimiento y bajar línea a plena luz del día, como quien azuza a sus pongos a favor del manodurismo en la sentencia a violadores y asesinos de niños -si alguien se preguntaba acerca del para qué sirven los psico sociales, he aquí una respuesta- para después declarar de manera solemne que aquella cumbre es la mejor muestra de la independencia de los poderes en el país. El gobierno de Evo Morales,  lo que es lo mismo: el vicepresidente García Linera busca usar la violación de los niños de manerainescrupulosa para obtener una resolución inconstitucional (la pena de cadena perpetua contradice la pena máxima de 30 años establecidas por la Constitución política) para obtener la reforma de la Constitución política del Estado. ¿Quién puede argumentar en contra de los pobres niños violados y asesinados en los que piensa García Linera para abrir la ventana de la reforma a la Constitución por donde colar la re elección de Evo Morales? Si reclama los títulos de Campeón de la Ética y la Moral pública, ¿por qué no les advirtió a sus delegadas adoctrinados acerca de la imposibilidad de proceder en contra de la Constitución? La Iglesia católica, una vez más, ha salido al paso. La Iglesia católica –hay que decirlo con todas sus letras- ha cumplido con su derecho a opinar y pronunciarse sobre un tema. La Iglesia tiene el derecho y/u obligación de orientar al pueblo boliviano (sin criminalizar ni dictar leyes o pretender erigirse en juez y policía): la condena a cadena perpetua no sólo es inconstitucional, sino que es un retroceso en materia de derechos humanos pues descarta la posibilidad del delincuente a reformarse. "Esta medida es una muestra de total desconfianza en la capacidad del hombre de reconocer sus errores y de cambiar su vida, y también va en contra de la Constitución Política del Estado y de los derechos humanos al determinar la muerte moral y social de las personas”, dijo Monseñor Sergio Gualberti, O lo que es igual: el Estado quiere omitir su responsabilidad ante el fracaso del Sistema Judicial y su doctrina de prevenir, reformar y corregir la conducta del delincuente o enfermo mental. Un Sistema Judicial que se encuentra al borde del colapso, si no es que ya lo está.    

A título de control social o tratamiento democrático de las organizaciones sociales, la pasada CumbreNacional de Justicia Plural para Vivir Bien realizada en la ciudad de Sucre, prescindió de la participación del Colegio de Abogados. Los representantes de esta organización se retiraron después de intentar el debate serio y responsable del asunto, después de comprobar que no existía la menor posibilidad de debate en las mesas de trabajo. Por el contrario, los delegados del MAS dejaron claro que procedían bajo consigna política y que el objetivo era buscar la reforma de la Constitución política, como los opositores habían advertido que sucedería. No es la primera vez y no será la última ocasión en que los miembros del MAS entran a un congreso con una consigna bajo el brazo, sin dejar lugar a ningún debate serio. Esta es la idea de democracia popular que se ha cultivado, no muy diferente de la llamada aplanadora parlamentaria gonista.

Al retirarse, el Colegio de Abogados se negó a participar del costoso show y legitimar con su presencia el proceso de re elección presidencial que se ve tras el despliegue de acarreados oficialistas. Lo más probable es que todo acabe con la misma escena que se ha venido repitiendo durante años y que ha traído las cosas hasta el punto crítico en que se encuentra: el MAS y sus delegados aplaudiéndose frente al espejo (la televisión oficial y los medios afines).

Cualquiera medianamente serio sabe que los problemas del Sistema Judicial no se resuelven con una declaración ni con el montaje de una escena grandilocuente en donde el tata Evo sea la figura central de un Estado cada vez más autoritario. El Sistema Judicial se halla próximo al colapso y no resiste más demagogia. El MAS enfatizó en el tema del endurecimiento de las penas a los violadores de niños como manera de evitar los temas de fondo, como son la independencia del Poder Judicial y su financiamiento autónomo. Una propuesta que especialistas y profesionales venían haciendo días atrás de manera pública: desmontar la estructura de corrupción creada en torno a los bienes incautados alnarcotráfico para financiar el funcionamiento de un sistema profesionalizado y mejor pagado, de alguna manera blindado en contra del soborno y los consorcios de corrupción que imperan hoy en la aplicación de justicia. Al igual que todos los anteriores gobiernos, el MAS no está dispuesto a renunciar a un botín político tan grande y conveniente. No nos mintamos y dejemos de fanfarronear con una revolución de la justicia en Bolivia. Lo cierto es que el hueso de la prebenda política es una poderosa herramienta de cooptación política y raíz de muchos de nuestros males; una herramienta más poderosa que toda voluntad de justicia en el país, lo mismo para García Linera que para Sánchez Berzaín. Ninguno de ellos logrará convencernos que el dinero tiene ideología.

La venganza personal como medio de aplicar justicia en el país es la más denigrante burla que cualquier sociedad pueda tolerar. Cuando una comunidad es puesta en el papel de testigo de una serie de atropellos, un sentido básico de justicia hace que nos indignemos a favor de la víctima y en contra de la prepotencia del abusivo.

En estos diez años de gobierno del MAS la sociedad no ha aprendido a amar la justicia, sino a descreer en ella. Gracias a la manera en que se ha venido gobernando el país, hoy tenemos una sociedad con niveles de cinismo y descreimiento peligrosos. En lugar de construir un sentido colectivo de pertenencia al país o las causas nobles de aquella izquierda que dice representar (justicia, libertad, igualdad ante la ley), el populismo de este gobierno nos está convenciendo que aquí impera la ley del más fuerte, la impunidad total.

A continuación pongo por caso dos ejemplos en los que el MAS, con todo el control del Sistema Judicial y el aparato represivo del Estado, no ha sido capaz de probar la culpabilidad de nadie. El Sistema Judicial se ha convertido en una cámara de tortura para obtener confesiones de culpabilidad luego de años de ultrajes, encierro y acoso, lo que es más o menos lo acostumbrado durante la Edad Media en materia de derechos humanos. El Estado boliviano carece de otro argumento que no sea la arbitrariedad yla prepotencia de abogadillos y jueces funcionales al poder establecido... (continúa) 

Santa Cruz de la Sierra, 16 de junio de 2016

Franklin Farell Ortiz
Magister en artes por Saint Louis University

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